Las letras inclinadas pueden ser una herramienta súper efectiva para darle énfasis al texto, generar movimiento y atraer la mirada a ciertos puntos clave. Pero encontrar la tipografía perfecta con ese toque inclinado sin que se vea forzado puede ser un reto. La clave está en conocer los términos correctos.
Si alguna vez te has encontrado con palabras como “cursiva”, “script”, “itálica” y “oblicua”, pero no tienes claro qué las diferencia, quédate por aquí, porque vamos a despejar todas esas dudas.
El término Script se usa para describir fuentes que imitan la escritura a mano. Pueden tener letras conectadas o separadas, y suelen mostrar variaciones en el grosor del trazo, simulando la presión que ejercemos al escribir con un bolígrafo o pluma. Muchas de estas fuentes tienen un ligero ángulo inclinado, reflejando la forma en que escribimos de manera natural.
Lo cool de las fuentes Script es que hay de todo: desde estilos casuales y desenfadados, con un aire espontáneo y divertido, hasta tipografías elegantes y refinadas, llenas de detalles decorativos.
Por otro lado, Cursiva es un término que a menudo se usa como sinónimo de Script, pero en realidad es un subtipo dentro de esta categoría. En general, cuando hablamos de Cursiva, nos referimos específicamente a tipografías donde las letras están conectadas, siguiendo el principio de escritura fluida y rápida. De hecho, el término viene del latín “currere”, que significa “correr”, haciendo referencia a la idea de escribir sin levantar mucho la mano.
En resumen: todas las fuentes Cursivas son Script, pero no todas las Script son Cursivas.
Muchas veces Itálica y Oblicua se confunden con Script y Cursiva, pero en realidad tienen otro origen y función.
Para entender bien las Itálicas, hay que remontarnos al siglo XVI, cuando las publicaciones estaban dominadas por fuentes romanas rectas. En ese contexto, el impresor veneciano Aldus Manutius y el diseñador tipográfico Francesco Griffo introdujeron las primeras letras Itálicas, inspiradas en un estilo de escritura del Vaticano conocido como “chancery hand”. Estas nuevas fuentes se veían más fluidas y elegantes, aportando un toque humanista y dinámico.
Al principio, las fuentes romanas e itálicas se usaban por separado, pero hoy en día la mayoría de las familias tipográficas incluyen ambas versiones para complementar el diseño.
Ahora bien, Oblicua es otra historia. Cuando tomas una fuente romana y simplemente le agregas inclinación de manera mecánica, obtienes una Oblicua. El diseñador Mark Simonson lo explica así: una fuente oblicua es básicamente la versión inclinada de una fuente recta, con algunos ajustes ópticos para evitar distorsiones en los trazos y curvas.
Diferencia clave: Una Oblicua es una versión inclinada de una fuente romana estándar, mientras que una Itálica tiene formas de letras únicas, más estilizadas y con proporciones diferentes.
Si quieres elegir la tipografía perfecta, conocer estas diferencias te ahorrará tiempo y te ayudará a encontrar el estilo que mejor encaje en tu diseño. Aunque términos como Script, Cursiva, Itálica y Oblicua a veces se usan indistintamente, cada uno tiene su propio propósito y construcción.
En resumen:
Script = Tipografías que imitan la escritura a mano (con o sin letras conectadas).
Cursiva = Un subtipo de Script donde las letras están conectadas.
Itálica = Una fuente inclinada con formas de letras personalizadas.
Oblicua = Una versión inclinada de una fuente romana estándar, sin cambios en su estructura.
Fuente: creativemarket.com | Autora: Laura Busche
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